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Desde hace unos quince años, el cómic toma cada vez más importancia en Marruecos. Publicaciones de novelas gráficas, aparición de revistas especializadas, arraigo del Festival de Tetuán, apertura de una especialidad en el Instituto de Bellas Artes, muchos son los signos que aportan optimismo. La décima edición del Festival del Cómic de Tetuán es la ocasión para hacer balance con uno de los autores clave de esta nueva ola: Omar Ennaciri.
¿Ha recibido alguna formación sobre cómic?
Empecé en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en 2003 pero paré en 2005. El primer año fue el año de preparación seguido de un año de especialización, en este caso, de cómic. El instituto había abierto esta rama el año anterior, en 2000. Fue durante este período cuando se descubrí esta pasión. Aunque ya desde pequeño estaba en contacto a menudo con libros de cómics.
¿Quiénes fueron sus formadores?
Tenía un profesor belga, que se llama Denis Larue, un verdadero amante del cómic. Aprendí mucho con él en materia de guion, de composición, pero también en cuando a la puesta en marcha de la filacteria, la utilización de onomatopeyas, el nexo entre las láminas, la coherencia en la historia. Y después el sentido de la lectura no es el mismo en el cómic francés y belga para en el caso de los libros en árabe o el manga, ya que se lee de izquierda a derecha. También tenía que aprender otras técnicas sobre pinturas, colores planos, la coloración.
¿Cuántos estudiantes participaron en la formación?
Éramos cinco, todos marroquíes. Todos se dedican al cómic, aunque tiene que ganarse la vida de otra forma. Uno de ellos por ejemplo, Amekran Adil, es profesor y paralelamente hace caricaturas. Otro, Mehdi Sabil, también diseña caricaturas. Pero ninguno de ellos ha publicado ningún libro. De todos modos, hay pocos antiguos alumnos que hayan salido del INBA que hayan publicado a excepción de Zakaria Tmaleh, Malika Dahil y yo… (sonrisa molesta).
¿Cuál es la razón?
El cómic está apenas comenzando en Marruecos. Gracias a la creación de esa rama de estudios en el INBA y al Festival de Tetuán empieza a desarrollarse, pero diez años no es suficiente. Será necesario tener un poco de paciencia antes de asistir a la emergencia de un verdadero movimiento del cómic en el país. Pero sí que hay una evolución de verdad, muchos artistas con proyectos, manifestaciones, propuestas concretas, algunos intentos de hacer cosas. Se mueve en el buen sentido, habrá que creer en todo esto. Por el contrario, a nivel de público, hay mucho trabajo que hacer aún para que nazca una cultura del cómic. Pero seremos perseverantes y acabaremos por conseguirlo.
¿Y la continuación de su recorrido?
En 2005, comencé estudios pedagógicos durante dos años con el fin de ser profesor de plástica en la escuela. Me trasladaron a Zagoura, donde enseñé desde 2007 hasta 2009, después en Sidi Bibi, una ciudad cercana a Agadir en la que doy clases actualmente. No tenía otras oportunidades de trabajar en el ámbito que más me gusta y había que ganarse la vida. El trabajo de profesor, lo hago muy seriamente, pero es de subsistencia, me permite pagar el alquiler, comer e incluso comprar el material que necesito para mis cómics. Gracias a esto tengo una vida tranquila, así que me puedo dar por contento.
¿Y en el ámbito del cómic?
De 2005 a 2009, había hecho algunas indagaciones sobre personajes, guion, pruebas, nada muy tangible. Después, de 2009 a 2012, trabajé en la obra Tagant, que recibió el tercer premio del festival del Cómic de Tetuán en 2010. Fue publicado en las ediciones marroquíes Alberti. En 2010, comencé paralelamente con otro proyecto, Abîme, que presenté en el FIBDA de Argel en 2011 y que se llevó el premio al mejor proyecto. Fue editado sobre la marcha por Dalimen éditions.
¿Cómo fue acogido Abîme en Argelia ?
En realidad no tengo ni idea. Aunque recibí el total del premio del FIBDA seis meses después, no me llegó ninguna información sobre la edición del libro. No recibí ninguna información la tirada, del volumen de ventas, de las críticas. No conozco tampoco el porcentaje que me pertenece por los derechos de autor y la edición de esta novela gráfica no se reguló por contrato. Le he enviado varios mensajes al editor pero nunca me contestó. Tampoco Alberti me ha pagado nada a pesar de la firma de un contrato. Tampoco tuve noticias de ellos. Así que fuera de la cantidad cobrada por los dos premios, estas dos novelas gráficas no me han dado ningún beneficio. Tal vez estos dos editores estiman que los premios recibidos deberían serme suficientes. No es para nada mi punto de vista. Así que tengo en mi haber dos obras, no es como si no hubiese publicado nada, aunque la relación con el editor, el trabajo en conjunto alrededor de la construcción de la obra, la relación que eso implica, no lo he llegado a conocer.
¿Qué proyectos tiene actualmente?
He comenzado Le défi (el desafío), un proyecto que todavía no está terminado. He recibido una subvención del Ministerio de Cultura para la impresión de la versión en árabe. Es un apoyo que me anima pues ya he recibido dos tercios de la suma. Tendría que reembolsarla en el caso de que el proyecto no llegue hasta el final. Busco un editor para la publicación en lengua francesa.
¿Por qué únicamente en árabe?
Bueno, sólo porque la primera versión de la obra era en árabe, cosas del azar. También hubiera podido ser en francés, no hay ninguna prescripción particular por parte del ministerio en relación al idioma. Es un apoyo que dan al desarrollo de las artes en Marruecos, no un apoyo a la lengua árabe (risas).
¿De qué habla Le défi?
La historia transcurre en Essaouira en 1989. Dos marroquíes, un pescador y un antiguo combatiente, deciden cruzar el Atlántico en una barca para llegar hasta América. Se enfrentan a un montón de obstáculos, entre las que las molestias administrativas no son las peores. Deciden emprender esta aventura sin ninguna administración y se parten en plena noche del mes de agosto. La historia se presenta en competición al mejor proyecto en el próximo festival de Tetuán.
¿Es su primera participación en Tetuán?
No, he estado en todas las ediciones. Tengo una relación particular con el evento, por el hecho de que su situación geográfica casa con mi historia persona, es una relación casi íntima.
¿Cómo ve usted su futuro personal?
Tengo un proyecto sobre el medioambiente y el calentamiento climático. Será un cómic docuemental científico. El proyecto se llama Bleu (Azul). Y después, la música es mi segunda pasión. Normalmente toco el banjo, la guitarra, así como el dobro, un instrumento utilizado en la música country. Tengo tres proyectos de álbumes de música, todos para 2017. Y hago de todo, bajo, batería, los arreglos y la composición. ¡Eso es todo!
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Artículo originalmente publicado en Africultures .
Traducción: Alejandro de los Santos