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El músico Elías Dia Kimuezo compone y canta desde la poesía, y dice que la sabiduría está en las raíces. Se inició en los 50, con quince años de edad, tocando kinganje. Luego se hizo de la Turma do Margoso donde fue el vocalista y tocaba el Bate-Bate, y más tarde se unió a Os Kizombas. Es el paradigma de la canción escrita en lengua kimbundu, cuya identidad, dicen los propios angoleños, ha sabido concentrar como ningún otro músico. A él le debemos las letras de algunas de las canciones más representativas y queridas de la historia de la Música Popular de Angola, como Ze Salambinga o Ressureição. El ‘Pai Elias’ (Padre Elías, como se le conoce respetuosamente entre los suyos) fue galardonado con el título de “Melhor Intérprete da Cançao Angolana” en 1973 y, desde 1995, es considerado el Rei da Música Angolana por la UNAC (União Nacional dos Artistas e Compositores). El día 24 del pasado mes de Julio fue homenajeado de nuevo durante la III Trienal en el Palácio de Ferro de Luanda, por el pueblo angoleño y por el Ministerio de Cultura de su país. De su extensa carrera como músico y también de su recién lanzado trabajo pudimos conversar con él en su casa de Luanda.
Elías Día Kimuezo vive en el barrio Kilamba Kiaxi a las afueras de la ciudad, así que el día acordado para encontrarnos me dispuse a salir temprano de la plaza de la Mutamba donde yo residía. Me preparé con gusto para el viaje que supone cruzar el centro, para luego seguir rumbo al sur. El camino a casa de este músico legendario fue un festín de calor tropical, de acacias florecidas en rojo y sobre todo, de taxis-candongueiros azules y blancos con la música bien alta. En algún punto del trayecto se dejaron ver varias palmeras cocoteras del Mussulo allá al fondo, rodeadas de mar azul tranquilo, y hasta pude divisar un árbol imbondeiro en la lejanía. Al llegar al destino me abrió la puerta Doña Susana Cadete, la esposa de Don Elías. Me dió la impresión de estar entrando a un minipoblado con su plaza central con árbol-sombra incluídos. El matrimonio me explicó que ese espacio al aire libre que sirve de antesala a la casa, es para cuando semanalmente se reúnen con sus once hijos y más de treinta nietos. Nos acomodamos los tres en el salón, Don Elías con un pie en alto ya que andaba con alguna molestia. A mí se me hizo difícil apartar la vista de una gran vitrina cargada con fotografias de él y sus colegas de profesión de los últimos sesenta y cinco años. No faltaba ninguno, allí estaban desde Carlos Burity hasta Calabeto. Y en ese entorno, fluyó la siguiente entrevista:
Don Elías: ¿A luta, continúa?
La de ahora es otra forma de lucha, aquella ya pasó. Nuestra lucha actual se centra en la construcción de Angola y en conseguir impacto social con la ayuda de países amigos. Personalmente, pienso que las cosas van encontrando su lugar.
La lucha a la que nos refererimos y que ya pasó fue la que los angoleños tuvieron que librar para poder desvincularse de su colonizador. Portugal empezó la invasión, saqueo y expolio de Angola en 1483, y no la dejó hasta su independencia en 1975. Eso suman casi quinientos años de ocupación portuguesa en la región, donde la música, la cultura, y las tradiciones angoleñas fueron marginalizadas por el dominio colonial. Entre mediados de los años 60 y 1975 Angola tuvo que pasar a la lucha armada para conseguir su independencia nacional. Se formó entonces el Movimento Popular de Libertação de Angola, que en Luanda se organizó clandestinamente en diferentes barrios de la ciudad como fueron el Samba Kimúngua, Marçal (donde nació Don Elías) o Sambizanga (barrio al que se trasladó siendo todavía un niño).
Cuéntenos un poco más sobre aquellos ideales de la época de la lucha por la indepedencia, los del Movimento de Libertaçao Nacional, se consiguieron?
En esta vida, todo se conquista. No tiene nada que ver lo que fue Angola bajo dominio portugués con lo que es ahora, y lo que todavía está por llegar. Ha habido grandes cambios, hemos tomado un rumbo propio. Ahora tenemos otro tipo de problemas: energéticos, de agua, logísticos…pero todo eso va a ser superado. No hay beneficio sin sacrificio. Todo se irá consiguiendo paulatinamente.
Usted estuvo muy activo en la lucha no armada. Cantaba como forma de resistencia y protesta contra el colonialismo. Usó la música como instrumento de lucha. ¿De qué manera?
Yo fui una canción más en la lucha política. A fin de cuentas yo nunca salí de Luanda, y tampoco me uní al ejército. Yo fui un hombre de la lucha clandestina, fui un mensajero de la música, revolucionario y conocedor de la lengua Kimbundu. Soy huérfano de padre y madre desde los siete años, fuí criado por mi abuela, que no hablaba Portugués. Era una mujer batalladora con la que yo salía a vender farinha en los mercados de la ciudad, siempre con mucho respeto y dignidad. En ese entorno empecé a tomar conciencia de lo que ocurría en nuestras vidas.
Corrían los años 50, época en la que nació la música del movimiento anti-colonial en Angola, todo un tesoro del patrimonio universal de la música popular, y todavía poco conocido fuera de sus fronteras. Esa música se gestó en las musseques de Luanda donde vivían los angoleños venidos de las provincias. Canalizada por poetas, músicos, profesores y activistas que protestaron y desafiaron al colono cantando en sus propias lenguas, es la música que mejor consiguió transmitir el lamento y la voz oprimida del pueblo angoleño. Cantaban en tono romántico sobre la infidelidad amorosa, sobre el acoso sexual entre el patrón (blanco) y la criada (negra), sobre los conflictos conyugales, sobre hechizos y hechizados…y también hablaban sobre la necesidad de vivir en libertad y en paz. Pero sobre todo, esas canciones invitaban a reflexionar sobre la condición del ser humano, la de ser angoleño y de su esencia más profunda.
La cantautora Aline Frazão comentaba en una ocasión: “los angoleños lloramos cantando”. Basta escuchar al mismo Elías Dia Kimuezo para entenderla, o a cualquiera de los cantantes nacionalistas como Bonga, Waldemar Bastos, David Zé, Urbano de Castro o Rui Mingas, entre muchos otros. De esa época es también el grupo de las llamadas «Experimentalistas Inovadoras», formado por las cantantes mujeres Lourdes Van Dummen, Belita Palma, Dina Santos, Milá Melo, Garda y Txinina (con quien Don Elías trabajó en los 70). A juzgar por el pequeñísimo número de mujeres que participaron en el panorama musical de ese momento, nadie diría que fue gracias al buen hacer de una reina que los angoleños se manejaron tan bien con el invasor. Fueron la habilidad diplomática y la destreza política de Ngola Ana Nzinga Mbande (1583-1663), también llamada Reina Ginga de los Reinos Ndongo y Matamba, lo que salvó a los pueblos de Angola de muchos enfrentamientos violentos con Portugal. Existen varias recopilaciones sobre las músicas del movimiento anti-colonial en Angola, todas interesantes y muy bellas. Florent Mazzoleni por ejemplo recomienda en su libro ‘Africa 100’ la colección de CDs de Buda France, toda una referencia en el tema. Podemos añadir a la lista la siguiente colección: Angola as 100 grandes músicas dos anos 60 e 70 del año 2005, sobre la cual, José Eduardo Agualusa comentó al conocerla: “Brillante anuncio de un futuro musical que todavía no llegó, mas está próximo. Angola va a ser en breve una de las grandes potencias musicales del continente africano. No será posible comprender ese futuro sin conocer este pasado. No hay duda alguna, mirando hacia atrás, que lo mejor de aquellos años fue la música”.
Una vez oí decir al músico y poeta Mû Mbana que la musicalidad de la lengua Kimbundu lo hace todo más fácil, por su belleza y sonoridad. Y, según Timóteu Ulika, “la música de Elías Día Kimuezo es un lamento en un tono que parece pedir el socorro de sus ancestros. Es el lamento de nuestra gente en forma de ritmo, y no es necesario saber Kimbundu para entenderlo”. ¿Por qué fue importante el uso de las lenguas nacionales en la lucha contra el colonialismo?
Yo usaba el kimbumdu como arma de combate. De hecho fueron mis compañeros quienes identificaron mi talento, y pensaron que podía ser el mensajero en lengua nacional que necesitaba la lucha política. Se trataba de nuestra identidad y de nuestra visión del mundo. Estuve preso por ello. He cantado poco en portugués, hasta hoy sigo cantando en mi lengua, precisamente por eso, porque es la mía.
¿De qué hablan sus canciones?
De todo un poco. Del hambre, de la miseria, de las condiciones de vida, de alegrías y de penas. Por eso mi música tiene la aceptación que tiene: porque informa de la verdad sobre la condición de mi pueblo”.
¿A qué nos referimos cuando decimos «Música Popular de Angola», al Semba?
No solamente al Semba. Sin duda alguna la música Semba es de todas las tradicionales la que sigue teniendo más fuerza, aunque sea con instrumentos más modernos, que le dan otro sabor y texturas.
Sobre este asunto Don Elías me explica que el Semba de Angola, que comparte raíces con la Samba de Brasil, es predecesor de la Kizomba y del Kuduro. El Semba a su vez, deriva del ritmo Massemba, el ritmo principal de la popular danza Rebita que tiene de base el acordeón y la armónica, y que se baila en varias provincias del país.
¿Cómo ve usted la salud de la música tradicional en Angola?
Ya desaparecieron muchas cosas de nuestra música… como el birimbau o la marimba. Todo está siendo modernizado. Hemos perdido muchas de nuestras raíces musicales porque todo está tomando otro rumbo. Y otras cosas se están perdiendo porque no aparece nadie que continúe el trabajo. Deben quedar cuatro o cinco intérpretes de Quituje en el país. Las personas que sabían tocar ciertos instrumentos ya no están entre nosotros, y la juventud no se interesa por esas cosas, a ellos les interesa la modernidad. Fuera de unos pocos que tocan de verdad como Joãozinho Morgado y Boto Trindade, no quedan muchos más. Con la disolución de Ngola Ritmos y Os Negoleiros do Ritmo, acabó un capitulo de la historia del Semba. El Kuduro está ganando su espacio, a pesar de que los mensajes sean todavía un poco pobres. Creo que tiene recorrido, basta con que sea bien dirigido.
Otro ejemplo son las danzas Maringa y Kabetula, ….eran danzas del interior del país, que se mostraban en los desfiles de carnaval. Ya no existen. Ha sido dificil hacer un seguimiento de la evolución de las músicas y danzas tradicionales de Angola. Provienen principalmente de las provincias, y su origen eran los actos culturales de fin de semana, entierros, celebraciones. La música y esos eventos eran sagrados. La guerra también quebró eso. Los jóvenes se refugiaron o emigraron. En la actualidad existe un programa claro de recuperación de las lenguas y las culturas nacionales, en la televisión, en la radio y en la educación. Es necesario conocer las raíces de uno. Aquí estamos todos de paso, es preciso tener referencias, y las nuevas generaciones de este país lo saben bien. Los jóvenes quieren y deben saber quienes son. Por mi parte, estamos pensando en construir una escuela de música en la parte trasera de mi casa, ese es mi nuevo proyecto y mi contribución.
Pero en Angola no todo es Semba. La buena música popular abunda, se oye por todas partes a todas horas, y sigue despertando más interés que el precio del barril de petróleo y más pasiones que el mismísimo fútbol. Hace pocos meses Lola Huete comentaba este tema en un artículo titulado El triunfo de la música del barrio, a raíz de que los grupos musicales angoleños Elenco de Paz y Totó ganasen el concurso Vis a Vis en el Cine Atlántico de Luanda. Tenemos a rappers como Girinha o MCK que arrasan en sus conciertos, el Kuduro sigue pegando fuerte (atención a Tuga Agressiva) y la Kizomba continúa dando grandes músicos muy queridos, como Paulo Flores, Perola, Yola Salmedo, Matías Demásio o Yuri de Cunha que llenan y emocionan allá donde cantan, dentro y fuera de Angola.
¿Está lanzando un disco estos días, cómo es su nuevo trabajo?
O Semba passa por aqui es una mezcla de músicas que tuvieron éxito en el pasado, pero combinadas con sonidos actuales y temas nuevos. Los contextos de las músicas son intemporales. Estas canciones se oían entonces, se escuchan hoy y se escucharán mañana. Las letras de las canciones son mías. Son por lo general positivas y alegres, y animan a conocer la realidad que nos toca vivir. Han sido nueve meses de trabajo. Esta vez hemos mandado a fabricar el nuevo CD en Salvador de Bahía con la producción del Estudio Maianga de Luanda.
Háblenos de su obra, usted tiene una larga trayectoria profesional como músico
Nunca fui muy ambicioso, no me interesó correr ni apresurar mi trabajo. He producido poco, empecé con Valentin do Carvalho (N´gola Discos), quien me invitó a grabar mi primer trabajo en 1957 acompañado de Rui Mingas, Teta Lando y Bonga. Ahí llegó mi primer éxito a decisión del pueblo: Zum-Zum. Y hasta hoy, aquí sigo haciendo música.
Y su relevo, ¿quién cree que lo va a tomar?
No me atrevo a especular… Todos los que estamos en esto tenemos el mismo objetivo: llevar la música un poco más allá. ¿Pero quién va a ser mi sucesor? …eso yo no lo sé. Eso lo dirán los angoleños. Yo seguiré cantando Semba, que es lo que me define y en lo que a mí respecta, estaré siempre disponible para entrar en un estudio.
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* Sarah Ardite (aka Selecciones Musicales La Conga) es selectora musical y eventual redactora de artículos sobre música y músicos que le inspiran. Curiosa y viajera empedernida, explora identidades e investiga culturas a través de la música popular. Ha colaborado con Pan African Space Station, RAMag y Groovalización entre otros medios. Realiza y presenta el programa Músicas Sospechosas (Radio Contrabanda de Barcelona 91.4FM). Contacto: sarahdjconga@gmail.com