Autor Invitado: Adriano Mixinge*
A principios de cada año, en plena baixa de Luanda, una serie de artistas llevan adelante la muestra «Fuckin’ Globo», que durante unos días se apropia de las habitaciones del antiguo hotel Globo proponiendo un evento artístico que se sale de los círculos oficiales cada vez más amplios en Angola. El periodista, escritor e historiador angoleño Adriano Mixinga vuelve en este artículo sobre la tercera edición de Fuckin’ Globo, recorriendo las obras y diseccionando las implicaciones y motivaciones de esta cita que ya se ha vuelto esencial en la vida cultural de la capital.
Con una propuesta irreverente, totalmente alternativa u osada e independiente, doce artistas y un colectivo participaron, del 26 al 30 de enero del 2017, en la tercera edición de la muestra multidisciplinar de arte “Fuckin´Globo III”, que tuvo lugar en la ciudad de Luanda (Angola), con curadoría a cargo de Kalaf Epalanga y João Ana.
Es importante empezar preguntándose sobre qué cuestiones reflexionan los artistas y creadores de esta exposición. ¿Cuáles son sus estrategias? ¿Qué recursos estéticos y creativos utilizan? Instalados en diez cuartos, los artistas Kiluanji kia Henda, Orlando Sérgio, Gretel Marin, Edson Chagas, Keyezua, João Ana + Elepê, Alekssandre Fortunato, Thó Simões, Ery Claver, Daniela Vieitas + Muamby Wassaby, Toy Boy y el Colectivo Verkon usan libremente cajas de objetos, pinturas murales, instalaciones sonoras y no sólo, también olores, video proyecciones, performances y ambientes situacionistas, proponiendo una nueva orden perceptiva, otra manera de fricción estética y formas asumidas de cuestionamiento del arte, así como de los valores sociales y políticos imperantes.
Las obras expuestas tienen diferentes registros temáticos e imagéticos, apelan a una diversa serie de temas pero, de forma general, queda en evidencia lo abundante de soluciones estéticas y creativas.
Con “Congolândia (o universo em desencanto)” , Thó Simões, reinventa en el cuarto 117 el exotismo y el pasado mítico de los reyes del Congo, conviertiéndolos en elementos de un palimpsesto cultural indescifrable, un texto muda y nunca lo suficientemente conocido, alegoría del olvido y de la castración, ejemplo de la aculturación.
¿Pero qué significa realmente la exposición “Fuckin´Globo III”? ¿Que busca este grupo de artistas? ¿Y qué es lo que consiguen realmente?
Seriamos muy inocentes si pensásemos que el Globo al que el título de la muestra se refiere es solo , en este caso, el nombre del hotel que la alberga. Unido a la palabra inglesa «fuck in», las alusiones dejan de ser obscenas y pasan a subrayar un mensaje que tiene su origen en aquel punto exacto de la ciudad para dirigirse al mundo y al «global Art» .
“From the people to the people… Fuck institution”! es el lema que inspira a los artistas y, por la ausencia de instancia de mediación y legitimación artística, fascina el público luandense porque, entre otras razones, muchas de las instituciones cuya vocación es cuidar de las creaciones no han evolucionado lo suficiente como para absorber las prácticas artísticas emergentes.
Con la performace “Em pratos limpos”, en el cuarto 107, Daniela Vieitas + Muamby Wassaby recrean, simultáneamente, los constreñimientos que provoca la falta de agua, cómo convivimos con la putrefacción de alimentos y de otras cosas, cuán injusto es el mundo del arte y hasta qué punto puede relajar lavar los platos, distrayendo e incluso ayudando a pensar.
Huérfanos de una crítica de arte seria y rigurosa, con “Fuckin` Globo” los artistas deciden arriesgarse prefiriendo el juicio, como diría Rancière, de un «espectador emancipado» que, aun no siendo mayoritario, está atento a lo que va ocurriendo en los medios artísticos y gravita alrededor de sus principales puntos de atracción oficiales y/o oficiosos.
En la habitación 111, Keyezua presentó su obra “Nothing to declare”, donde reutiliza cubos de gasolina, dándoles otra vestimenta con pinturas de tipo naif que retratan objetos o cuerpos, sin necesidad de decir algo más que no sea la propia recreación de una cierta noción de naturaleza muerta o, simplemente, de figurativismo.
Cuando se inauguró la primera edición de «Fuckin’Globo», el 22 de diciembre de 2015, la artista Mónica de Miranda ya había realizado entre julio y septiembre de ese año la exposición «Hotel Globo» en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Chiado, en Lisboa, cuyas imágenes podemos ver online, En la instalación de Mónica hay una apropiación y un cuestionamiento del espacio tanto desde el punto de vista simbólico como funcional, pero los objetivos de los artistas de «Fuckin Globo» van más allá de la dicotomía entre colonial y poscolonial y entre autóctono y turista para marcar nuevas brechas, por ejemplo, entre oficial y oficioso, conservador y revolucionario, entre decorativo y reflexivo, entre dependiente e independiente.
Decididos y preocupados, los artistas de “Fuckin Globo III” lo hacen todo para pulverizar otros esquemas de dependencia, intoxicación y condicionamiento como los que pueden existir, también, entre el artista y las instituciones de arte y, sobre todo, entre el arte y el patrocinio político poco esclarecido.
João Ana + Elepê, con la instalación sonora “Realité, jamais”, crean, en la habitación 112, una atmósfera de color rosa, inquietante, con sonidos que sacan al espectador de la realidad para sumergirlo en una irrealidad llena de humos y vapores.
El resultado de esta exposición es revelador: deja muy claro que el arte angoleño más interesante y comprometido es aquel que está sucediendo y desarrollándose al margen tanto de las iniciativas de la Unión Nacional de Artistas Plásticos (UNAP) como de las de la Fundación Sindika Dokolo, instituciones que, en este momento, independientemente de la necesaria función social que desempeñan como reclamo de un público por ventura más conservador, tienden a convertirse, en general y sin querer ser categórico, al localismo más retrógrado, mercantilista, reaccionario y oficialista.
En la habitación 115, reconstruyendo un escenario con intenciones situacionistas, Edson Chagas, con su obra «Keep calm. Aprecia a vida”, proyecta imágenes sobre una pared revestida de cartón en una obra que, a pesar de ser menos caótica, recuerda a las construcciones de Carlos Bunga.
Sin embargo, desde su primera edición “Fuckin Globo I”,con la participación de seis artistas (Kiluanji kia Henda, Edson Chagas, Marcos Kabenda, Orlando Sérgio y la pareja Globo 112), los artistas blanden un credo creativo y una estrategia expositiva sin límites: “En un ambiente claustrofóbico”, la exposición busca funcionar como “una metáfora sobre la inconformidad” frente a un “planeta en pleno caos” y “en acelerada mutación”, explicaba el periódico Rede Angola citando las declaraciones de Kiluanji kia Henda en su página de Facebook.
Llegó después el “Fuckin Globo II” y Orlando Sérgio, el conocido actor de teatro que participó en la primera edición, no vuelve a hacerlo esta vez. Irina Vasconcelos, la estrella emergente de música Rock angoleña y ocho artistas más (João Ana, Ery Claver, Keyezua, Thó Simões, Angel Ilhosvany, Kiluanji kia Henda, Elepê y Mwamby Wassaby) contribuyen en la consolidación del evento.
En las antípodas de la escenificación de la obra de Edson Chagas se sitúa la vídeo instalación sin título que Toy Boy coloca en la habitación 116: chanclas, zapatillas y botas de niños perdidas en las carreteras, abandonadas en cualquier lugar por la dejadez o fruto de la fuga intempestiva de los lugares donde hay hambre, guerra y caos, que aparecen esparcidas en un mismo contexto, el de la obra de arte, para inicitar a reflexionar sobre la ausencia y la pérdida.
Sin embargo, en “FuckinGlobo III” los artistas van mucho más lejos: renuncian a toda relación de subordinación impuesta por el mainstream artístico de Angola (y no solo), en el que el artista obedece a las estructuras condicionadoras del mercado del arte y a las conveniencias de lo “políticamente correcto”, situándose en una zona de confort que le permite sobrevivir sin ruidos ni estridencias. Los artistas de esta exposición quieren estar lejos de los lugares comunes, asumen compromisos claros con la realidad social y política en que se desarrollan sus trabajos y, consecuentemente, sus obras forman parte de una estrategia artística y son, también, actos que rebelan una ciudadanía engagée y comprometida.
Para quien haya visto la exhibición o, simplemente, consultado la documentación sobre la misma que aparece online, en la página Facebook de Kiluanji Kia Henda, se habrá dado cuenta de que la tercera edición de «Fuckin Globo III” no es, en los medios artísticos angoleños, una exposición al uso: situada al margen de las instituciones, privilegiando el papel creador y productor de los artistas, revalorizando un espacio que fue noble en el tiempo colonial y que pasó a ser decadente en la post-independencia y , sobre todo, visando a un público sensible y conocedor, marca una transformación aún mayor en el universo de las profundas transformaciones creativas, artísticas y culturales que van imponiéndose en Angola durante la última década.
En la habitación 105, Kiluanji kia Henda y Orlando Sérgio presentan, en un ambiente enrojecido, la instalación performance, “Túmulo de uma zungueira desconhecida”. En primer lugar, como alusión a la «zungueira»* asesinada por la policía recientemente en las calles de Luanda; en segundo lugar, el recital de poesía angoleña de los años 50 y 60 del pasado siglo nos obliga a evocar la historia del lugar y su importancia para, después y por último, unir la historia de la zungueira, a través del título “túmulo do soldado desconhecido” tan presente en el periodo revolucionario de herencia comunista.
Zungueira y soldado, ambos, desconocidos, son víctimas de sociedades aparentemente diferentes pero que, cuando nos enfrentamos con la cruda realidad, funcionan con idealismos tan vacíos y con mecanismos totalitarios parecidos. Es frente a esa encrucijada donde florece la pos-verdad, que los artistas colocan a los espectadores para hacerlos reflexionar sobre cuán distantes (o no) estamos del tiempo del partido único y, también, de la necesidad de mayor justicia social.
Además de los artistas y obras comentados, Gretel Marin expuso la video instalación “Mukúa divagaciones”, Alekssandre Fortunato la pintura mural “Coisas”, Ery Claver presentó el vídeo o vídeo “Há um zumbido, há um mosquito, são dois” (hay un zumbido, hay un mosquito, son dos) y el Colectivo Verkon y Kiluanji kia Henda colaboraron en la instalación «Monochromatic rebel town”, una mezcla de fotografía, graffitis y vídeo.
* Zungueira: vendedora ambulante.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
* Adriano Mixinge (Angola) es autor del ensayo «Made in Angola: Arte Contemporánea, Artistas y Debates» (2009) y de la novela «O Ocaso dos Pirilampos» (2013), con el que recibió el Prémio Literário Sagrada Esperança. Ha sido investigador en el Museo Nacional de Antropología de Luanda, editor cultural en el Jornal de Angola y comisario de diversas exposiciones, entre las que destaca «Entre a Guerra e a Paz», exhibida en la Bienal de Arte Contemporáneo de Johannesburgo en 1995. Ha organizado proyectos artísticos como la exposición «Angola, mon amour», en el Quay Branly y «Angola, Figuras de Poder», en el Musée Dapper, ambas en París.
* Artículo publicado originalmente en Artecapital.net y reproducido con permiso del autor. Traducción: Ángela Rodríguez Perea.